“Mujeres desbordando las calles
Mujeres que avanzan como marea gigante replegando orilla
Mujeres que marchan marcando el pulso a los corazones que laten por conquistar lo que aún nos falta
Mujeres que gritan y cantan hermanadas para que los pueblos despierten el horizonte soñado.
En estos días, en estos tiempos, las mujeres caminan juntas.
Se saben fuertes, se saben muchas. Se abrazan, se encuentran, se escuchan, se organizan.
Son Mujeres a las que les duele el dolor de los otros y por eso se rebelan y por eso luchan…”
En la tarde de hoy SADOP Santa Fe llevó adelante el sexto evento de “Mujeres que nos enseñan a luchar” con la intencionalidad política de reconocer a aquellas mujeres que han sido capaces de dar un paso más allá del territorio propio y hacer posible que surja y crezca la organización y la lucha colectiva.
A ellas queremos homenajear simbólicamente y expresar con certeza que la búsqueda de la justicia social nos tiene a las mujeres como grandes protagonistas de las luchas populares.
Este año, el SADOP reconoce a:
Nilda Rousseaux. Madre, abuela, docente de Nivel Inicial y profesora de Enseñanza especial. Trabajadora del Movimiento “Los Sin Techo”, conoce al cura Atilio Rosso con quien empieza a trabajar y se involucra con una dura realidad social. Con un trabajo continuo y solidario junto a las familias del barrio fue fortaleciendo el proyecto, llegando a coordinar 17 salas de jardines de infantes.
Lucila Puyol. Madre y militante de Derechos Humanos y del movimiento Feminista. En el año 1995 conforma junto a otros compañeros la agrupación HIJOS, donde participa intensamente del equipo jurídico que sostiene las causas por delitos de Lesa Humanidad.
Sonia Alesso. Madre, abuela, docente, militante y sindicalista. Empezó a trabajar activamente de la vida sindical cuando las políticas neoliberales generaron la necesidad de diseñar estrategias de protesta y resistencia. Protagonista de luchas históricas del sector docente, lleva adelante actualmente la conducción de CTERA.
Estela de Carlotto. Madre, abuela, militante y presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Se desempeñó algunos años como docente de escuela primaria.
En la década del 70, tres de sus hijos eran militantes políticos y la dictadura cívico-militar comenzó a desplegar el terror sobre su familia, como en todo el país: el secuestro de su compañero de vida, más tarde liberado y luego el secuestro de su hija Laura, quien tuvo un hijo en cautiverio y luego fue asesinada. Esos años marcaron su identidad militante, comprometida con su tiempo y su contexto histórico.
Después de largos años de militancia incansable junto a las mujeres de ABUELAS, en el año 2014 encuentra a su nieto.
Su trabajo ha marcado sendero en la construcción de la Memoria Histórica de nuestro país y es admirado y reconocido en el mundo entero. Hoy, continúa su intenso compromiso con la Memoria, Verdad y Justicia.
SADOP renueva el compromiso de la lucha con la fuerza de las acciones conjuntas en pos de lograr una sociedad más justa y equitativa.