Compañeras y compañeros:
Muchas son las cuestiones, en este último tiempo, que pudieron ser motivo para un mensaje como el presente.
Sin esforzar mucho la memoria podríamos mencionar, entre otras cosas, el cobro de la suma fija de febrero, el cierre de la paritaria en Buenos Aires y en muchas provincias, el acuerdo de la paritaria nacional, el lanzamiento de la Radio SADOP, y aún el Acto de reconocimiento y homenaje a los trabajadores de la educación privada, desaparecidos o asesinados durante la última dictadura cívico militar. Ya llegará el momento de escribir y debatir sobre estos temas.-
Lo que hoy nos convoca es la recordación del desembarco de tropas argentinas en Las Malvinas, el 2 de abril de 1982, y la guerra que sostuvimos con el Reino Unido y todos sus aliados del norte, del sur y del resto del mundo.
En sí la guerra y sus consecuencias nos daría para un extenso trabajo, por lo que, sin soslayar ni dejar de tener en cuenta ese hecho, ni los muertos y la vida de los veteranos, en esta oportunidad quisiera referirme a Las Malvinas como la nueva frontera latinoamericana, como el nuevo acontecimiento que une a los pueblos de la región y condiciona fuertemente a los gobiernos de los países latinoamericanos, al punto de ser hoy una causa del conjunto de estados suramericanos.
Lo he sostenido muchas veces y a riesgo de ser reiterativo puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que Las Malvinas son argentinas por muchas razones, pero las hicimos propias y sostenemos íntimamente nuestra soberanía en dichas islas porque fuimos a la escuela, estatal o privada, y tuvimos maestras y profesores que nos inculcaron ese paradigma, sostenido quedamente a lo largo de mucho tiempo, mientras nuestro gobierno apenas realizaba tibias o formales reclamos ante las Naciones Unidas y ante la misma Corona británica.
En el caso del canal de Beagle tuvieron que explicarnos de qué se trataba el conflicto, en el caso de Las Malvinas no fue necesaria ninguna argumentación, aunque un borracho presidente fuera el orador, todos entendimos que la causa nacional nos convocaba.
En ese momento alguien pudo creer que la cosa se solucionaba bélicamente y que nos saldría barato. Hoy todos sabemos que fue una locura y con un costo realmente importante.
En estos tiempos creo que todos sabemos o estamos más o menos convencidos, que la cuestión de Las Malvinas se solucionará exclusivamente por intermedio de la diplomacia, la negociación y la política.
No estoy pretendiendo decir que durante este gobierno o durante el próximo se solucionará el conflicto, más vale creo que tardará muchos años y pasarán varios gobiernos.
Algunos, apenas superado el enfrentamiento bélico, pretendieron “desmalvinizar” la política interior y exterior de la Argentina…
El pueblo, la vida, los suicidios y el reclamo de los veteranos de guerra impidieron ese desechable propósito.
Creo que los docentes tenemos un nuevo desafío frente al tema Malvinas, porque debemos revalorizar el recupero, por lo que en sí encierra y fundamentalmente por lo que significa la lucha de la independencia nacional, políticamente entendida como parte de una lucha de unidad con todos los pueblos latinoamericanos.
Me enteré que Nicaragua estableció el 10 de abril como el día de solidaridad con Argentina, por la reivindicación de Las Malvinas. Es probable que otros países de la región tomen un camino similar.
Ya no son sólo las millas que nos unen a las islas, ni la historia, ni la plataforma submarina, ni todas las razones que nos justificaron reclamarlas y pelear por ellas.
Ahora también nos convoca y nos debe animar que Las Malvinas son una causa de unidad con nuestros pueblos hermanos, y que además, hoy constituye una reivindicación de todos los pueblos latinoamericanos, aún del pueblo de Chile y de algún otro que secundó a los ingleses.
Casi como que se han convertido en territorio latinoamericano, más que argentino.
Felizmente todos nuestros problemas limítrofes con nuestros países vecinos han sido superados, y Las Malvinas constituyen esa frontera común, en donde debe cesar el colonialismo vergonzante que pretende sostener Gran Bretaña, porque no es de nuestra región y no será jamás latinoamericana.
Esta nueva visión debemos cimentarla en nuestras aulas, para que crezca con nuestros alumnos, para que fortalezca la Patria Suramericana, para que se entienda y se sostenga, hoy y siempre, una negociación diplomática acorde a estos sentimientos y a nuestra cultura latinoamericana.
Los gobiernos tienen sus logros y fracasos, son los pueblos los que avanzan y logran la verdadera liberación.
Y nuestro pueblo, podemos decirlo sin vanagloriarnos, pasa por nuestras aulas y es una oportunidad única, la que tenemos los docentes, para hacerles amar la liberación en serio, y toda la lucha cotidiana que esto implica…
Nuestro reconocimiento y homenaje a nuestros soldados de la guerra de Las Malvinas, por su entrega, su valor y su innegable aporte a esta causa, que hoy es latinoamericana y que también encierra esta ambiciosa liberación nacional y regional.
Hablemos de estas cosas con nuestros alumnos, hagamos nuestro aporte también, desde Malvinas, a la gran Patria Latinoamericana.-
Los saludo muy cordialmente.-
Pedro Eduardo Bayúgar
Secretario General